Continuando donde lo dejamos en el post anterior, lo primero es reiterar la importancia que tiene abordar la innovación dentro de una estrategia y un plan. En esta estrategia podemos utilizar tres horizontes:
- Horizonte 1: negocio actual
- Horizonte 2: expansión del negocio actual
- Horizonte 3: nuevos modelos de negocio para el futuro
En el Horizonte 1 utilizamos la innovación para mejorar, reforzar y evolucionar nuestro negocio actual.
En el Horizonte 2 utilizamos la innovación para expandir el negocio actual hacia nuevos espacios de mercado, ya sean de productos o de clientes, que sean adyacentes al negocio actual.
En el Horizonte 3 exploramos posibles nuevos modelos de negocio de cara al futuro.
Como los recursos que podemos emplear en el trabajo de innovación son limitados, tenemos que repartirlos entre estos tres horizontes. El reparto no será igualitario, pero sí que es importante que ninguno de los horizontes se quede fuera. Por recursos entendemos capital humano, capital financiero y tiempo.
Un esquema de reparto recursos que utilizan bastantes compañías es el siguiente:
- Horizonte 1: 40% al 60%
- Horizonte 2: 25% al 35%
- Horizonte 3: 10% al 20%
Es decir, que más o menos la mitad de nuestro esfuerzo de innovación ha de ir a mejorar el negocio actual, sobre un tercio a expandirlo y en torno al quince por ciento a trabajar sobre el negocio del futuro.
Una vez que tenemos delineada la estrategia y el plan de innovación, ya es momento de lanzar proyectos de innovación en cada uno de los tres horizontes.
Un trabajo de observación de nuestro negocio actual dentro del contexto del mercado en el que operamos arrojará luz sobre áreas en las que podríamos lanzar proyectos de innovación.
Por ejemplo, podríamos lanzar proyectos para mejorar nuestro producto o servicio de manera que aporte más valor a los clientes; podríamos lanzar también proyectos para innovar la manera como comercializamos y hacemos marketing para que sea más efectiva y genere más ventas; podríamos asimismo lanzar proyectos de innovación para que la operativa sea más eficiente y por lo tanto aumente la productividad y la rentabilidad del negocio; o podríamos lanzar proyectos de innovación en el área de recursos humanos para conseguir una organización con altos niveles de satisfacción y compromiso de los empleados.
Como se ve, los ámbitos en los que podemos aplicar la innovación a nuestro negocio actual son muchos y los beneficios de hacerlo pueden ser extraordinarios.
Si nos vamos al Horizonte 2, a la expansión del negocio actual, aquí la innovación se convierte en una palanca fabulosa, como están demostrando muchas compañías.
La innovación nos permitirá desarrollar nuevos productos y servicios diferenciales que ofrecer a nuestra base de clientes, así como otros que nos permitan expandirnos a otros segmentos de cliente.
Éste es el horizonte con el que solemos tener identificada la innovación pues se trata de desarrollar nuevas propuestas de valor para el mercado en la forma de nuevos productos o servicios que atiendan alguna necesidad o resuelvan algún problema de un determinado segmento de clientes.
Pero, como hemos visto, es importante que no nos quedemos en estos dos horizontes y que incluyamos también el Horizonte 3, es decir, el futuro y la exploración de nuevos modelos de negocio que podamos estar operando en el futuro.
Éste es el horizonte más ambiguo y con mayores niveles de incertidumbre y de riesgo, pero no por ello debemos dejarlo de lado en una buena estrategia de innovación.
Dirigir una empresa no significa sólo gestionar el negocio del presente y hacerlo crecer lo más posible, también significa asegurar que la empresa sigue viva y con éxito dentro de diez años.
Parecen muchos años, pero si miramos hacia atrás, a los últimos diez años, nos damos cuenta de lo rápido que pasan. Como decía más arriba, con el actual ritmo de cambio catalizado por la tecnología, podemos afirmar que dentro de diez años el modelo de negocio que tenemos hoy, cualquiera que sea, tendrá que experimentar grandes cambios, y en no pocos casos, ser abandonado y sustituido por otro.
Un ejemplo lo encontramos en el actual modelo de negocio dentro del sector del taxi y la presión que está sufriendo por parte de los nuevos modelos que representan las plataformas como Uber o Cabify. Podemos asegurar que el modelo de negocio actual de los taxis de toda la vida sufrirá grandes cambios y que, no ya dentro de diez sino de cinco años, el modelo actual o habrá desaparecido o se habrá transformado pues el valor que aporta el nuevo modelo a los clientes es mayor y al final son los clientes los que deciden los productos y servicios que permanecen y los que desaparecen.
En el Horizonte 3 de lo que se trata, como hemos visto, es de mirar las tendencias y las señales débiles que comentaba más arriba y desde ahí proyectarnos a dentro de cinco y diez años y construir una hipótesis sobre cómo será la realidad en ese futuro, tanto la de nuestro sector como en general, y evaluar las oportunidades que se pueden abrir para nosotros.
Una vez hemos hecho esto, se trata de lanzar algún proyecto, no tanto para desarrollar ya un producto o servicio para ese futuro sino para adquirir conocimiento y para validar hipótesis.
El objetivo de los proyectos en este horizonte de la estrategia de innovación es experimentar y testar posibles nuevos modelos de negocio para el futuro.
Esto es, por ejemplo, lo que empezaron a hacer ya hace bastantes años algunos de los periódicos de mayor tirada cuando, observando las señales débiles y las tendencias, vislumbraron un futuro en el que la prensa en papel tendría cada vez menos peso en detrimento de la digital.
En ese momento lanzaron proyectos para explorar cuál podría ser su nuevo modelo de negocio, los cambios que tendrían que hacer y las competencias que tendrían que desarrollar. Esto es algo que no es habitual en la mayoría de las empresas, especialmente las más pequeñas, pero que es realmente necesario en este entorno de fuerte cambio y de Economía de la Innovación para asegurar el futuro que, si bien es impredecible e incognoscible, sí que es explorable, y en ocasiones pequeños y poco costosos experimentos nos pueden proporcionar la perspectiva y la inteligencia que nos permita tener un floreciente negocio en ese futuro.
Una vez que tenemos delineada nuestra estrategia de innovación es momento de lanzar proyectos que tengan como objetivo generar innovaciones en los tres horizontes que acabamos de ver. Para ello, existen metodologías ya muy probadas que nos pueden ayudar.
(Extracto del libro Volver a crecer).
Comentarios